En el Nombre de Dios, El Misericordioso, El Compasivo

Assalam Aleykum Wa Rahmatullah Wa Barakatuh

Bienvenidos todos, Mi nombre es Bilal y he construido este sitio web para aquellas personas que quieran conocer un poco mas acerca del Islam, no contiene cosas muy avanzadas ni rebuscadas, la idea es que puedan al menos familiarizarse con esta hermosa religion, con los conceptos basicos, nuestras creencias, nuestros pilares de fe y por sobre todas las cosas las enseñanzas que nos dejo el ultimo de los profetas enviado por Dios.

Le pido a Dios que este sitio sea de utilidad para ustedes y que Reciban la bendicion de nuestro amado Señor.

SALAM

domingo, 31 de enero de 2010

El Concepto de Los Profetas


El Concepto de los Profetas


El Dios Misericordioso y Amante ha enviado multitud de profetas en épocas diferentes de la historia. Todas las naciones conocidas han tenido uno o varios profetas de Dios fueron hombres de buen carácter y elevado honor.

Fueron preparados y elegidos por Dios para entregar Su Mensaje a la humanidad. Su honradez y veracidad, su inteligencia e integridad, están fuera de toda duda. Fueron infalibles por cuanto no cometieron pecados ni violaron la Ley de Dios; aunque, como mortales pudieron incurrir en errores no intencionados, en algunos asuntos y decisiones humanas. Su criterio privado no fue siempre necesariamente acertado.

El envío de estos profetas por Dios constituye una clara manifestación del fuerte nexo existente entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y el hombre, significa que el hombre puede reformarse y que tiene mucho de bueno dentro de sí. La finalidad del mensaje profético radica en confirmar Io que el hombre ya conoce o puede conocer, y en enseñarle Io que no conoce o no puede conocer por sus propios medios. Consiste, así mismo, en ayudar al hombre a encontrar el camino recto de Dios, en hacer el bien y rehuir el mal. Los profetas representan una elocuente expresión del amor de Dios por Sus Criaturas, y Su Voluntad de conducirlas por el sendero de la creencia y el comportamiento acertados.

Es una manera de subrayar Su Justicia hacia el hombre, porque previamente le muestra su orientación auténtica, haciéndole, después responsable de sus actos. Advierte al hombre, a través de Sus Profetas, que si su obcecación le impide advertir los peligros de sus malas acciones, su comportamiento se hace objeto de castigo. Todo ello se halla en completo acuerdo con el amor y la justicia de Dios, y con el valor y la capacidad del hombre como responsable ante su Señor.

Tanto el origen como la protección del Mensaje Profético proceden de la fuente del Uno y el Mismo: es Dios. Su objetivo es el de servir a Dios, poner al hombre en conocimiento de Dios y de Sus Divinas Esperanzas, establecer la verdad y la bondad, ayudar al hombre a realizar el auténtico objetivo de su existencia; esto es, a dirigir su vida con una finalidad determinada. Es, en base a esto, por lo que los musulmanes no hacen ningún tipo de discriminación entre los profetas y aceptan sus enseñanzas como consistentes y complementarias. Y es, por esta razón, por la que los musulmanes creen en todos los Libros Sagrados y aceptan a todos los profetas de Dios, como ya se ha mencionado.

sábado, 30 de enero de 2010

El Concepto de Pecado en el Islam


El Concepto del Pecado



Uno de los terrenos más conflictivos de la existencia humana es el problema del pecado, o el mal en el mundo. Se cree, comúnmente, que el pecado comenzó con Adán y Eva durante su vida en el Paraíso. Aquel suceso originó la Caída, marcando desde entonces a la raza humana con el concepto de la culpa, el estigma y la confusión.

El Islam ha adoptado una posición única sobre esta cuestión, posición que no es compartida por ninguna otra religión que conozcamos. El Corán afirma que Adán y Eva fueron encauzados por Dios para habitar en el Paraíso y gozar de sus frutos como descaran, seguros de obtener abundante sustento y bienestar. Pero se les recomendó que no se acercaran a un árbol determinado, con el fin de que se mantuvieran apartados del mal y de la justicia. Satanás los indujo a la tentación y les hizo perder su gozoso estado. Fueron expulsados del Paraíso y arrojados a la tierra para vivir, morir y ser llevados finalmente ante el juicio Final. Habiendo comprendido lo que habían hecho, sintieron vergüenza, culpabilidad y remordimiento. Pidieron la compasión de Dios y fueron perdonados (Corán, 2:35‑38; 7:19‑25; 20:117‑123).

Este hecho simbólico resulta significativamente revelador. Nos dice que el ser humano es imperfecto y necesitado, aún cuando hubiera de vivir en el Paraíso. Pero el pecar o cometer errores como hicieron Adán y Eva, no apaga necesariamente el corazón humano, impide la reforma espiritual ni detiene el desarrollo moral. Antes bien, el ser humano posee sensibilidad suficiente para reconocer sus pecados y deficiencias. Lo que es más importante aún, es capaz de saber a dónde debe dirigirse y a quién debe recurrir en busca de guía. Y, todavía es más importante, el hecho de que Dios está siempre dispuesto a satisfacer los sinceros ruegos de quienes buscan Su Ayuda. Es tanta Su Gracia y Clemencia que Su Perdón y su piedad llegan a todos (Corán, 7:156). Una última lectura reveladora del hecho descubre que la discriminación en base al sexo, y la culpa o el pecado hereditarios son extraños al espíritu del Islam.

La idea del Pecado Original o del delito hereditario no tiene cabida en las enseñanzas del Islam. Con arreglo al Corán y al Profeta, el hombre nace en un estado natural de pureza o "fitra'' es decir, de Islam o sometimiento a la voluntad deseo de Dios. Lo que ocurra al hombre después de su nacimiento es consecuencia de influencias externas y factores ajenos a él. Para expresarlo en términos del pensamiento moderno, la naturaleza humana es maleable; lo crucial es el proceso de socialización, especialmente el ambiente del hogar. Representa un papel o en la formación de la personalidad humana y en el desarrollo del carácter moral. Esto no niega a la persona la libertad de elección, ni le exime tampoco de responsabilidad. Antes bien, aligera la pesada carga del delito hereditario o del pecado instintivo.

Dios es, por definición, justo, Sabio, Piadoso, Compasivo y Perfecto. Ha creado al hombre infundiendo en él Su Propio Espíritu (Corán, 15:29; 32:9;66:12). Puesto que Dios es el Dios infinito y absoluto y Su Espíritu la perlón absoluta; puesto que el hombre recibió el Espíritu de Dios a través de la creación, el hombre está obligado a retener, al menos, una parte de este buen ¡tu del Creador. Esto puede explicar las buenas disposiciones del hombre y sus anhelos espirituales. Pero, por otro lado, Dios creó al hombre para adorarle, no para ser Su igual, rival, la encarnación perfecta o la personificación absoluta de Su Bondad. Ello significa que por muy bueno y perfecto que pueda ser el hombre por la gracia de la creación, carece, con mucho, de la bondad y perfección del Creador. El hombre posee, ciertamente, estas cualidades. Pero están limitadas y son proporcionadas a la naturaleza finita, a la capacidad y responsabilidad del hombre. Ello puede explicar la imperfección y la posibilidad de equivocarse del ser humano.

Ahora bien, la imperfección y la posibilidad de equivocarse no son equiva lentes del pecado ni sinónimos del delito ‑al menos, no en el Islam‑. Si el hom bre es imperfecto no está falto de ayuda, ni ha sido abandonado por Dios, para que se convierta en víctima de sus deficiencias. Está fortalecido por las revelacio nes, cuenta con el apoyo de la razón, está fortificado por la libertad de elección y guiado por varias disposiciones sociales y psicológicas que buscan y alcanzan una relativa perfección. La constante oscilación entre las fuerzas del bien y el mal constituye la lucha de la vida. Proporciona al hombre algo en lo que esperar, ideales que perseguir, trabajo para realizar y papeles para representar. Hace de su vida algo interesante y con sentido, no monótono ni estático. Por otra parte, agrada a Dios ver a Sus Servidores en un estado de victoria espiritual y moral.

Con arreglo a la escala moral del Islam, el hecho de que el hombre sea im perfecto, o falible, no constituye pecado. Forma parte de su naturaleza, como criatura finita y imitada. Pero si' es pecado que prefiera no buscarla poseyendo todas las vías y medios de la perfección relativa. Un pecado es cualquier acto, pensamiento o deseo que (1 ) sea deliberado, (2) desafíe la ley inequívoca de Dios, (3) infrinja el derecho de Dios o el derecho del hombre, (4) sea dañino para el alma o el cuerpo, (5) se cometa repetidamente y (6) pueda evitarse nor malmente. Estos son los componentes del pecado que no es innato ni hereditario. Es cierto, sin embargo, que el hombre posee, latente dentro de sí, la capacidad potencial del pecado, pero no es mayor que su capacidad de piedad y bondad. Si él elige que actúen las fuerzas del pecado y no las fuerzas de la bondad, añadirá un nuevo factor extraño a su naturaleza pura. Sólo el hombre es responsable de este factor extraño añadido.

En el Islam existen pecados mayores y menores, por cuanto existen pecad contra Dios y pecados contra Dios y el hombre. Todos los pecados contra Di excepto uno, pueden perdonarse cuando el pecador procura sinceramente el perdón. El Corán ha afirmado que el Dios verdadero no perdona el pecado de "chirk'' (politeísmo), panteísmo, trinidad, etc.). Pero El perdona todos los demás pecad y perdona a quien El desea. Ahora bien, si el politeísta o el ateo vuelven a Di su pecado quedará perdonado.Los pecados cometidos contra los hombres sólo son perdonables cuando el ofendido perdona al ofensor o cuando se aplican 1 compensaciones y/o castigos adecuados.

En conclusión; el pecado se comete, no es congénito, se produce, no es innato, puede evitarse, no es inevitable. Constituye una violación deliberada y conciente de la ley inequívoca de Dios. Si el hombre realiza algo como consecuencia verdadera de los instintos naturales, o de móviles absolutamente irresistibles depresiones incontrolables, ese acto no es pecado en el Islam. De lo contrario, lo planes de Dios serían inútiles, y la responsabilidad del hombre vana. Dios aspara de¡ hombre que se mantenga dentro de las posibilidades y logros humanos.

miércoles, 27 de enero de 2010

Jesus en el Islam Pt.4


LA MISIÓN DE JESÚS

Podría uno preguntarse: si el Corán niega la Trinidad y la filiación divina de Jesús, ¿cuál fue entonces, la misión real de Jesús?

De acuerdo con el planteamiento islámico, Jesús fue un eslabón en una larga cadena de profetas y mensajeros enviados por Dios, a diversos pueblos y naciones, siempre que necesitaron alguien que les guiara y, sobre todo, cuando se desviaron de las enseñanzas de Dios. Jesús fue especialmente preparado por Dios para ser enviado a los judíos, que se habían desviado de las enseñanzas de Moisés y de otros mensajeros. Al igual que había sido apoyado milagrosamente por Dios en su concepción, nacimiento e infancia, también le fueron concedidos otros milagros para demostrar así que era un Enviado de Dios. Sin embargo, la mayoría de los judíos rechazaron su ministerio. El Corán nos relata la misión de Jesús en los versículos siguientes, que son continuación de los citados anteriormente, en los cuales se comunica a María la Buena Nueva:

«El le enseñará la Escritura, la sabiduría, la Torah y el Evangelio. Y como enviado a los hijos de Israel dirá: "Os he traído un signo que viene de vuestro Señor. Crearé para vosotros del barro la imagen de un pájaro; después soplaré en ello, y con el permiso de Dios, se convertirá en pájaro. Asimismo, y con el permiso de Dios, curaré al ciego de nacimiento, al leproso y resucitaré a los muertos. Os informaré de lo que coméis y de lo que atesoráis en vuestras casas. Ciertamente, tenéis en ello un signo, ‑si es que sois creyentes. Vengo a confirmar la Torah que me precedió, además de declararos lícitas algunas de las cosas que os fueron prohibidas. Y os he traído también un signo que viene de vuestro Señor; ¡Temed, pues, a Dios y obedecedme! Dios es mi Señor y vuestro Señor. ¡Adoradle, pues! Esta es la senda recta. "» (3:485l.)

En otro versículo del Corán, Jesús confirmó la validez de la Torah que fue revelada a Moisés, y anunció también la buena nueva de la venida de un último enviado. Esto queda claramente indicado en el versículo siguiente:

«Y cuando Jesús hijo de María, dijo: "¡Hijos de Israel! Yo soy el que Dios os ha enviado, en confirmación de la Torah que me precede, y como anuncio de una buena' nueva de un enviado que vendrá después de mí, llamado Ahmad. " Pero, cuando les llegó con las evidentes pruebas, dijeron: "¡Esto es una magia manifiesta!’’. » (61:6.)

El mensajero, del cual Jesús anunció la buena nueva se cita tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento de la Biblia. En el Antiguo Testamento figuran varias profecías que únicamente pueden relacionarse con el profeta Muhammad. Citaremos solamente una, de tantas otras que sólo se aplican a Muhammad. Esta profecía, que fue dirigida a Moisés, decía que Dios enviará entre los «hermanos» de los israelitas a un profeta como Moisés, que será un fundador, un líder y un ejemplo de una comunidad de creyentes. Esto lo leemos en los siguientes versículos del Deuteronomio, capítulo 18.

«Yo le suscitaré un profeta de en medio de sus hermanos semejante a ti, y pondré mis palabras en su boca y les hablará todo lo que yo mandaré. Mas el que no quisiere escuchar las palabras que hablará en mi nombre, experimentará mi venganza.» (Deut. 18:18‑20.)

Cualquiera que esté familiarizado con la vida del profeta Muhammad, verá fácilmente que nadie mejor que él encaja en la descripción anterior. Fue el profeta Muhammad y no Jesús quien, como Moisés, nació de padres normales, se casó, fundó una comunidad fiel, estableció una gran ley y murió de manera natural.

Estudiando cuidadosamente el Nuevo Testamento, se ve que Jesús cita a este mismo profeta en Juan 14:16,17:

«Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador para que esté con vosotros eternamente, a saber, el Espíritu de verdad.

Más adelante, en la descripción especifica de este Espíritu de la Verdad y de su papel, podemos leer en Juan 16:13,14:

«Cuando venga el Espíritu de la verdad, él os enseñará todas las verdades, pues no hablará de suyo, sino que dirá todas las cosas que habrá oído y os pronunciará las venideras. El me glorificará ... »

Los términos de esta profecía no aseguran la conclusión que usualmente se le atribuye, es decir, que se refiere al Espíritu Santo. La explicación relativa al Espíritu Santo queda excluida por un versículo anterior de Juan, que dice:

«Más yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si yo no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros.» (Juan 16:7.)

De la Biblia se deduce claramente que el Espíritu Santo solía visitar a los hombres antes y durante la vida de Jesús. Juan fue reconfortado con el Espíritu Santo antes de nacer, y el mismo Jesús recibió al Espíritu Santo en forma de paloma.

Las características de este Consolador, tal como se puede deducir de la profecía, son las siguientes:

1. No vendrá hasta que Jesús haya partido.

2. Permanecerá para siempre con los creyentes.

3. Glorificará a Jesús.

4. Hablará lo que él escuche de Dios.

Estas características únicamente son aplicables al profeta Muhammad, como demuestra la siguiente breve observación:

1. El profeta Muhammad fue el único mensajero que vino después de Jesús., Transcurrió un intervalo de seis siglos entre ellos. La misión de Jesús estuvo limitada a «las ovejas perdidas de los hijos de Israel», pero el mensaje de Muhammad fue universal. Esto explica la segunda característica.

2. Dios solamente quiso que el mensaje del profeta Muhammad fuera universal y perdurable. Esto está de acuerdo con la manifestación de que el Consolador permanecerá para siempre con los fieles.

3. Ningún otro profeta glorificó a Jesús tanto como lo hizo el profeta Muhammad. Los judíos han considerado a Jesús como impostor y acusaron a su madre de inmoralidad. Trataron de crucificarlo. El profeta Muhammad glorificó a Jesús como un gran profeta y como la «Palabra de Dios». El Sagrado Corán le atribuye milagros que no se mencionan en la Biblia. María, por otra parte, está considerada como la más casta y enaltecida entre todas las mujeres del Paraíso. De esta manera, Muhammad realmente glorificó a Jesús.

4. La cuarta característica también se aplica netamente al profeta Muhammad. El Corán fue revelado al profeta Muhammad a través del ángel Gabriel. Cuando el ángel terminaba de recitar algunos versículos del Corán, el profeta Muhammad comunicaba de palabra a sus compañeros lo que había escuchado del ángel, sin añadir, modificar ni olvidar nada. El Corán también describe al profeta Muhammad: «No habla por pasión propia. No es sino una revelación transmitida» (514,5). Si comparamos esto con «no habla por autoridad propia», vemos la notable semejanza entre las características del Consolador y las del profeta Muhammad. Estas y otras profecías del Antiguo y Nuevo Testamento predicen con términos inequívocos la venida del profeta Muhammad, que es rechazado por los judíos y por los cristianos debido a malentendidos y prejuicios y no en la base de un cuidadoso estudio de la Biblia, del Corán, y de modernos hallazgos en el campo de las religiones comparadas.

domingo, 24 de enero de 2010

Jesus en el Islam Pt.3


JESÚS ASCENDIÓ A LOS CIELOS

Es una realidad triste de la historia el que no fueran muchos los que siguieran «la senda recta» a la cual Jesús invitó a la gente. Fue seguido por unos pocos discípulos que fueron inspirados por Dios para ayudarle. Pero no sólo esto, sino que los incrédulos tramaron (al igual que hicieron respecto a Muhammad seis siglos más tarde) matar a Jesús, pero Dios tenía un plan mejor para él y para sus seguidores, tal como nos cuenta el Corán en los siguientes versículos:

«Pero cuando Jesús percibió su incredulidad dijo: '' ¿Quiénes son mis auxiliadores en la vía que lleva a Dios?" Los apóstoles dijeron: " Nosotros somos auxiliares de Dios. Creemos en Dios; ¡sé testigo de nuestra sumisión! ¡Señor!, creemos en lo que has revelado y seguimos al Enviado. Inscríbenos, pues, entre los que dan testimonio. " E intrigaron y Dios intrigó y Dios es el mejor de los que intrigan. Cuando Dios dijo: "!Jesús! Voy a llamarte a Mi, voy a elevarte a Mí, voy a librarte de los que no creen. Y haré que tus seguidores estén por encima de los incrédulos, hasta el día de la Resurrección. Luego, volveréis a Mi y decidiré entre vosotros sobre aquello en que discrepabais. En cuanto a los que no creen, los castigaré severamente en esta vida y en el Más Allá. Y no tendrán a quienes les auxilien.»(3:52‑56.)

Tal como indican los versículos anteriores, Jesús fue ascendido al cielo antes de morir. Esto significa que, de acuerdo con el Corán, no fue crucificado.

El plan de los enemigos de Jesús era el de darle muerte en la cruz, pero Dios le salvó y en su lugar, fue crucificado otra persona. El Sagrado Corán considera que esta trama y la falsa acusación en contra de María son una demostración patente de la incredulidad de los judíos. Todo ello queda clarificado en la siguiente cita:

« Y por su incredulidad y por haber proferido contra María una enorme calumnia, y por haber dicho: "Hemos dado muerte al Mesías a Jesús, hijo de María, el Enviado de Dios".. Realmente, no le mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así. Los que discrepan acerca de él, están sumidos en la duda. No tienen conocimiento de ello, no siguen más que conjeturas; pues ciertamente no le mataron, sino que Dios lo elevó a Sí, Dios es Todopoderoso, Omnisciente. Entre la gente de la Escritura no hay nadie, antes de morir que no creyera en él (Jesús), y el Día de la Resurrección será testigo contra ellos.» (4:156‑159.)

Ahora bien: ¿quién era la persona que fue crucificada en lugar de Jesús? El Corán no profundiza en este punto y no da ninguna respuesta a esta pregunta. Los intérpretes del Corán han sugerido algunos nombres. Pero se trata siempre de opiniones individuales, que no se ven apoyadas por el Corán ni por las palabras del profeta Muhammad.

En relación con la vuelta de Jesús antes del Día del Juicio, esta segunda venida tampoco se menciona con claridad en el Corán. Sin embargo, los exegetas del Corán entendieron el último versículo de la cita anterior: «Entre la gente de la Escritura no hay nadie, antes de morir, que no creyera en él, y el Día de la Resurrección será testigo contra ellos», como que Jesús volverá, y que todos los cristianos y judíos creerán en él antes de que mueran. Esta interpretación está apoyada por palabras constatadas del profeta Muhammad.

CONSIDEREMOS :

Después de leer este planteamiento, un cristiano creyente podría decir: «Esto es lo que dicen los musulmanes sobre Jesús, a quienes siempre hemos considerado como paganos o infieles.» Pero el punto de vista que presenta el Corán merece como mínimo una seria consideración por parte de todos aquellos que tienen una verdadera preocupación por Dios, por la fe, e incluso por el mismo cristianismo, y ello por los siguientes motivos:

1. El Corán es la última revelación de Dios y, por consiguiente, la última verdad. Esto quizá no signifique mucho para aquellos que no creen en el Corán como tal. Sin embargo, la historia del Corán, la moderna crítica del texto y la investigación científica del contenido de esta Escritura no dejan en pie duda alguna sobre la verdad que contiene. La manifestación que se escucha frecuentemente de que el Corán es la palabra de Muhammad que copió su información de fuentes judías y cristianas, la hacen personas que no conocen la historia del mundo, del Corán o de Muhammad La primera traducción al árabe de la Biblia apareció dos siglos después de la misión de Muhammad. Si a esto añadimos que Muhammad no sabía leer, y la escasez de libros religiosos en cualquier lengua, fuera de iglesias o templos en el siglo VI, podremos entender lo absurda que es tal alegación.


2. La singularidad y universalidad del mensaje de Dios exige que la gente acepte a todos los Enviados de Dios. Si se rechaza a uno de ellos, esto supondría el rechazo a todos. Los judíos rechazan la misión de Muhammad; los cristianos rechazan la misión de Muhammad; en cambio los musulmanes los aceptan a todos, pero rechazan las interpretaciones históricas incorrectas, así como las injerencias de elementos humanos en estas misiones divinas.


3. Obedeciendo al Corán, los musulmanes aman y respetan a Jesús al igual que aman y respetan al profeta Muhammad. Es más, el Corán relata algunos de los milagros de Jesús que no figuran en los Evangelios actuales. Por ejemplo, el Corán nos cuenta que Jesús habló desde la cuna, y era capaz de decir a la gente qué es lo que comían o atesoraban en sus casas, por mencionar sólo algunos ejemplos.


4. Es de conocimiento general que la divinidad de Jesús fue introducida por San Pablo y sus seguidores, y fue establecida sobre los cuerpos de miles y miles de muertos cristianos a través de la historia, evocando la conocida sentencia de Castillo: «Quemar a un hombre no prueba una doctrina.»


5. La elección de los cuatro evangelios actuales fue ¡ni' uesta en el Concilio de Nicea en el año 325 de la era cristiana, bajo los auspicios ‑por razones políticas‑‑ del emperador pagano Constantino. Literalmente, hubo cientos de evangelios y escritos religiosos que se consideraron apócrifos, es decir, libros de dudosa autenticidad. Algunos de estos libros fueron escritos por los discípulos de Jesús. Si no eran más auténticos que los Cuatro Evangelios, al menos tenían igual autenticidad. Algunos de ellos todavía existen, tal como el «Evangelio de Bernabé» y el «Pastor de Hermas», los cuales están de acuerdo con el Corán.


6. El concepto unitario que predicó Jesús, así como su humanidad, no solamente se sostienen por los musulmanes, sino también por judíos además de algunos primeros grupos de cristianos tales como los Ebionitas, Ceritianos, Basilidianos, Capocratianos y los Hipisistarianos, por citar algunas de las primeras sectas. Los Arrianos, Paulicianos y Godos también aceptaron a Jesús como profeta de Dios. Incluso en la era moderna existen iglesias en Asia y en África como la iglesia unitaria y los Testigos de Jehová, que no adoran a Jesús como Dios.


7. La mayoría de los estudios serios de la Biblia han demostrado que contiene un gran número de adiciones, que no fueron pronunciadas por Jesús ni por los escritores de los evangelios. La iglesia, tal como afirma Heinz Zahrnt, «pone en boca de Jesús palabras que éste nunca dijo, y le atribuye acciones que jamás realizó». Estas son conclusiones a las cuales llegaron algunos miembros de la iglesia. Sin embargo, se mantienen en secreto, o únicamente a disposición de especialistas. Uno de ellos, que ha demostrado que la mayoría de lo que la iglesia dice sobre Jesús no tiene base, es Rudolf Augustein en su libro Jesús, hijo M hombre (publicado en Alemania en 1972 y traducido al inglés en 1977.)


8. El problema con el cristianismo actual es la personalidad de Jesús, que está totalmente mal interpretada. La naturaleza de Jesús, su misión y su pretendida muerte y resurrección, son todos ellos puestos en duda por estudios en la materia. Uno de éstos es un libro que se llama El mito de Dios encarnado, que apareció en 1977 (editado por John Hick) y escrito por siete eruditos teólogos en Inglaterra. Su conclusión es que Jesús fue un hombre elegido por Dios, para desempeñar un papel especial dentro de los designios divinos, y... la posterior concepción de él como Dios encarnado... es una forma mitológica o poética de expresar su significado para nosotros. El único pretexto presentado por George Carey, en sus intentos por refutarlos hallazgos de estos teólogos, es que a menos que se acepte a Jesús como Dios encarnado, no se podrá entender la misión de Jesús ni explicar su impacto sobre la gente. Esto es ciertamente un argumento muy pobre, porque todos los grandes profetas tales como Abraham, Moisés y Muhammad han tenido todos ellos un tremendo impacto sobre la gente y ninguno de ellos pretendió que fuera Dios o hijo de Dios.

9. El concepto de la Trinidad no se encuentra, por supuesto, ni siquiera en la Biblia actual. Existen manifestaciones que lo niegan, tales como «el Señor nuestro Dios es un sólo Señor>> (Mateo 12:19), y otros muchos.


10. Vale la pena señalar que Jesús nunca pretendió la divinidad incluso en el presente texto de la Biblia. La expresión «hijo de Dios» no puede decirse que proceda del mismo Jesús. En el «Diccionario de la Biblia», Hasting dice «es dudoso que Jesús lo usara para sí mismo». En mi lectura de la Biblia, sólo encontré dos pasajes en Juan, capítulos 5 y 11, donde Jesús utiliza la expresión «hijo de Dios» para referirse a sí mismo. Esta misma expresión fue también utilizada por otros, aunque en casos muy limitados. Ahora bien, incluso si el título de «hijo de Dios» fue usado por el propio Jesús, se de ben recordar los puntos siguientes:

a) Como dijo un erudito de la Biblia: «las costumbres semíticas jamás habrían permitido tal sentido literal, aunque esa expresión sería interpretada textualmente en el mundo helenístico de los seguidores de Jesús.»

b) La palabra griega utilizada en el nuevo testamento por «hijo» es «pias y piada», que significa «siervo» o «hijo», en el sentido de siervo, y que se traduce como «hijo» cuando se hace referencia a Jesús, y como «siervo» cuando se hace referencia a otros, en algunas de las traducciones de la Biblia (Mufassir, P. 15.)

c) El título de «hijo del hombre», que es como se designa Jesús a sí mismo, aparece 81 veces en los Evangelios, siendo la descripción más clara con la que Jesús subraya su humanidad. La interpretación, clásica dada a este título es que se utiliza para subrayar el aspecto humano de Jesús. Entonces la cuestión que se plantea por si misma es: ¿subrayan los cristianos contemporáneos este aspecto de Jesús?

jueves, 21 de enero de 2010

Jesus en el Islam Pt.2


MARÍA

La exposición del Corán sobre Jesús comienza con la concepción de su madre, María. La mujer de Imran, la madre de María, prometió dedicar a su hija al servicio de Dios en el templo. Zacarías, que se hizo cargo más tarde de María, solía encontrar abundante comida en la casa de ésta. Cuando le preguntaba cómo la obtenía, ella respondía siempre que era de Dios. Los versículos del Corán dicen:

«Cuando la mujer de Iimran dijo: "¡Señor!, te ofrezco un voto, lo que llevo en mi vientre consagrado a tu exclusivo servicio. ¡Acéptalo! Tú eres Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe". Y cuando la dio a luz dijo: "¡Señor! Lo que he dado a luz es una hembra ‑bien sabía Dios lo que había dado a luz‑, pero un varón no es lo mismo que una hembra. Le he puesto por nombre María, y la pongo, con su descendencia, bajo tu protección contra el maldito Satán». " Su Señor la acogió con mucho agrado, la hizo crecer con bondad y la confió a Zacarías. Siempre que Zacarías iba a vería al templo encontraba algún sustento junto a ella. "María". decía, "¿de dónde te viene esto?" Decía ella: "De Dios. Dios provee sin límite a quien El quiere. "»(3:35‑37.)

LA BUENA NUEVA Y EL NACIMIENTO DE JESÚS

Cuando María creció y se hizo mujer, el Espíritu Santo se le apareció en forma de hombre, trayéndole noticias de un hijo. En el Sagrado Corán leemos el siguiente diálogo entre María y uno de los ángeles:

«Y cuando uno de los ángeles dijo, "¡María!, Dios te anuncia la buena nueva de una Palabra procedente de El, cuyo nombre es el Mesías Jesús, hijo de María; que será muy honrado en este mundo, y en el más allá será de los allegados a Dios. Hablará a la gente en la cuna y cuando sea adulto, será de los justos.'' "¡Señor!" dijo María, ''¿cómo puedo tener un hijo si no me ha tocado ningún mortal?" 'Aun así". dijo, "Dios crea lo que El quiere. Cuando decide algo, simplemente dirá ¡sea', y será".» (3:45‑47.)

María se quedó encinta con el niño milagrosamente y se retiró a un lugar distante donde esperó el momento del parto. En un capítulo titulado «María», el Sagrado Corán nos relata cómo se sintió María y qué fue lo que dijeron los judíos cuando trajo al niño a casa:

«Se quedó encinta y se retiró con él a un lugar distante. Y los dolores del parto la llevaron junto al tronco de la palmera. Ella dijo: ¡Ojalá hubiera muerto y se me hubiera olvidado completamente antes de esto. Pero él ‑por debajo de ella‑ le llamó: "!No te aflijas! Tu Señor ha puesto a tus pies un arroyo. ¡Sacude hacia ti el tronco de la palmera, y ésta hará caer sobre ti dátiles frescos y maduros! ¡Come, pues, bebe y sosegate! Y si vieras a algún mortal, dile: He hecho voto de silencio al Misericordioso. No hablaré, pues, hoy con hombre alguno. " Volvió con él a su gente llevándolo en brazos, y ellos dijeron: "¡María!, seguramente has cometido algo sospechoso. ¡Hermana de Aarón!, tu padre no era un hombre malvado, ni tu madre una ramera." Ella (María) señaló al niño, pero ellos dijeron: %*¡Cómo vamos a hablar a uno que aún está en la cuna, a un niño!? Dijo él: "Soy el siervo de Dios: Dios me ha dado La Escritura y me ha hecho profeta. Me ha bendecido donde quiera que me encuentre, y me ha ordenado hacer la oración y ofrecer el Zakat mientras viva. Que sea bondadoso con mi madre. No me ha hecho arrogante ni desgraciado. La paz sea conmigo el día que nací, el día que muera y el día en que sea resucitado a la vida". » (19:22‑21)

En el versículo siguiente, después de la cita anterior,. Dios asegura a Muhammad y al mundo entero que este relato es la pura y auténtica verdad sobre Jesús, aunque los cristianos quizá no lo crean. Jesús no es el hijo de Dios. Obviamente sí fue el hijo de María. Los versículos continúan:

«Este es Jesús, hijo de María, éste es el verdadero relato, del cual ellos dudan. Es impropio de Dios adoptar un hijo. ¡Glorificado sea! Cuando El decide algo, El dice tan sólo «Sea» y así será.» (19:34‑35.)

Después de este énfasis acerca de la naturaleza de Jesús, Dios ordenó a Muhammad, para que invitara a los cristianos, a un acuerdo justo: que todos adorasen a un solo Dios:

« Y Dios es mi Señor y el vuestro. ¡Adoradle pues! Esta es la vía recta.» (19:36.)

El rechazo de la idea de que Dios tenga un hijo se comenta más adelante en el mismo capítulo, con palabras aún más firmes:

«Dicen: El Misericordioso ha adoptado un Hijo. Ciertamente, habéis proferido una terrible blasfemia. Los cielos casi se desgarren por ello, la tierra se abra, y las montañas caigan demolidas porque ellos han atribuido al Misericordioso un hijo: No procede que el Misericordioso tenga un hijo, y no hay nadie en los cielos ni en la tierra que no venga al Misericordioso sino como Su siervo.» (19:88‑91)

El Corán reconoce el hecho de que Jesús no tuvo padre humano, pero esto no le convierte ni en el hijo de Dios ni en el mismo Dios. Siguiendo este criterio, Adán habría tenido más derecho a ser el hijo de Dios porque no tuvo ni padre ni madre. Así el Corán llama la atención sobre la creación milagrosa de ambos en el versículo siguiente:

«Ante Dios, el ejemplo de Jesús es como el de Adán, a quien creó de tierra y a quien dijo ¡Sé! y fue. » (3:59.)

El Sagrado Corán no admite el concepto de la Trinidad, con la misma intensidad, con que rechazó la filiación divina de Jesús. Esto es porque Dios es Uno. Esta es la esencia de todas las revelaciones monoteístas. Por lógica y por simple aritmética, tres no es igual a uno. El Corán se dirige a los cristianos en los siguientes versículos, en el capítulo titulado «Las mujeres».

«¡Gente del libro! No exageréis en vuestra religión ni digáis sobre Dios sino la verdad. El Mesías, Jesús, Hijo de María, es solamente el Enviado de Dios y Su Palabra, que comunicó a María, un espíritu que procede de El. ¡Creed, pues, en Dios y en Sus Enviados! No digáis Tres No lo hagáis, será mejor para vosotros. Dios es Uno y Único. ¡Loado sea! ¿Tendrá un hijo cuando El posee todo lo que hay en los cielos y en la tierra? ¡Dios se basta como garante!»

«Ni el Mesías se desdeñará en ser un siervo de Dios, ni los ángeles más allegados a El. Pero, aquellos que desdeñen servirle a El y, se vuelvan soberbios, les congregará hacia Sí »

«En cuanto a los creyentes que obran el bien, El les recompensará plenamente y aún más de Sus dones. Pero a quienes desdeñan adorarle, y se vuelven altivos, les inflingirá un castigo doloroso. Aparte de Dios no encontrarán para sí ningún amigo ni auxiliar.» (4:171‑171)

Los versículos continúan llamando nuestra atención y la de todo ‑el mundo sobre las pruebas que trajo Muhammad. Dios sabe que la gente, con frecuencia, hereda ciertas ideas o creencias, incluyendo errores o falsas interpretaciones de las generaciones anteriores. A veces, las masas no tienen el modo idóneo de descubrir esos errores por sí mismas. Por ello Dios presenta el Corán como una prueba irrefutable. Dice:

«¡Humanos! Os ha venido ya una prueba evidente de vuestro Señor; os hemos hecho descender una luz manifiesta. En cuanto a aquellos que creyeron en Dios y se aferraron a El, les acogerá en Su Misericordia y les guiará hacia El por una senda recta. » (4:174‑175.)

La negación de la divinidad de Jesús (y, por tanto, de la divinidad de María) se presenta en el Corán como tema de diálogo en el Día del Juicio, entre Dios Todopoderoso y Jesús. Todos los profetas y las naciones se reunirán ante Dios, y El preguntará a los profetas cómo fueron recibidos por su gente y qué es lo que les dijeron. Entre los que van a ser interrogados. estará Jesús:

« Y cuando Dios dijo: ‘‘¡Oh Jesús, hijo de María!" ¿Eres tú quien ha dicho a la gente "Tomadnos a mí y a mi madre como dioses además de Dios? " El dijo: Gloria a Ti! Yo no puedo decir algo a lo que no tengo derecho a decir. Si lo hubiera dicho, Tú lo habrías sabido. Tú sabes lo que hay en mí, pero yo no sé lo que hay en Ti, Tú conoces absolutamente las cosas ocultas. No les he dicho más lo que Tú me has ordenado: ¡Adorad a Dios, mi Señor y vuestro Señor! Y fui testigo de ellos mientras estuve entre ellos; pero cuando me llevaste junto a Ti, Tú fuiste Quien les vigiló; Tú eres el testigo de todo. Si les castigas, ellos son Tus siervos; si les perdonas Tú eres el Todopoderoso, el Omnisciente''. Dios dijo: "Este es un día en que los veraces se beneficien por su sinceridad. Tendrán jardines por cuyos bajos fluyen ríos, donde estarán eternamente, para siempre. Dios está complacido de ellos y ellos satisfechos de El; ¡Ese es el gran éxito!» (5:116-119.)


miércoles, 20 de enero de 2010

Jesus en el Islam Pt.1


La imagen islámica acerca de Jesús está situada entre dos extremos. Los judíos, que rechazaron a Jesús como profeta de Dios, le llamaron impostor. Por otra parte, los cristianos le consideran como Hijo de Dios y le adoran como tal. El Islam considera a Jesús como uno de los grandes profetas de Dios, y le respeta igual que a Abraham, Moisés y Muhammad. Esto está en perfecta coherencia con el punto de vista islámico acerca de la Unicidad de Dios, de Su divina guía y del papel complementario de los subsiguientes mensajes de Sus Enviados. La esencia del Islam, que es la sumisión a la voluntad de Dios, fue revelada a Adán, quien se la transmitió a sus hijos. Todas las revelaciones posteriores a Noé, Abraham, Moisés, Jesús y finalmente, Muhammad, estuvieron de acuerdo con dicho mensaje, además de cierta elaboración para definir la relación entre el hombre y Dios, el hombre y el hombre, el hombre y su entorno, con el fin de vivir de acuerdo con las instrucciones de Dios. Por lo tanto, cualquier contradicción entre las religiones reveladas se contempla en el Islam como un elemento provocado por el hombre e introducido en estas religiones. La posición de Jesús, en las tres religiones principales, Judaísmo, Cristianismo e Islam no debe ser en absoluto una excepción.

Aunque el Corán no presenta un relato detallado de la vida de Jesús, sin embargo destaca los aspectos más importantes de su nacimiento, su misión, su ascensión al cielo, y establece algunos criterios en relación con las creencias cristianas al respecto. El Centro Islámico ofrece a sus estimados lectores esta pequeña aportación, en su camino por constituir un verdadero diálogo entre todos los creyentes.

INTRODUCCIÓN

La controversia respecto a la personalidad de Jesús es la principal diferencia entre el Islam y el Cristianismo. Esta diferencia es la que mantiene separados a los seguidores de ambas religiones. Los musulmanes consideran a Jesús como un aran profeta de Dios. Le aman y respetan del mismo modo que aman y respetan a Abraham, Moisés y Muhammad. Por otra parte, los cristianos consideran a Jesús como Dios o hijo de Dios, siendo éste un concepto ,que los musulmanes no pueden aceptar. El Islam nos enseña que Jesús jamás se arrogó ese título. En realidad, aquellas doctrinas cardinales del cristianismo que son rechazadas por el Islam se centran fundamentalmente alrededor de la personalidad de Jesús. Se trata, específicamente, de los siguientes conceptos:

1. La Trinidad.

2. La Divinidad de Jesús.

3. La Filiación divina de Cristo.

4. El Pecado Original.

5. La Expiación.

Obviamente, estos dogmas son el resultado de la exaltación excesiva de Jesucristo, por encima de lo que Dios quiere que sea. Estas diferencias que se centran en la personalidad de Jesús han ensombrecido las numerosas similitudes entre el Cristianismo y el Islam. Como son, por ejemplo, el sistema moral y el énfasis en los principios humanos. Incluso han restado importancia a cuestiones esenciales que los musulmanes asocian con la figura de Jesús tales como su nacimiento virginal, su capacidad de hablar desde la cuna, de realizar milagros y también acerca de su segunda venida al mundo.

Los dos siguientes artículos tratan de exponer la imagen real de Jesús en el Islam, explicando el por qué los cristianos se han desviado de sus enseñanzas originales. El primer artículo indica también que numerosos eruditos y pensadores, que se encuentran todavía dentro del redil del Cristianismo, están llegando gradualmente a un acuerdo con los puntos de vista islámicos sobre Jesús, y en muchos casos sin siquiera darse cuenta de ello. Esto se corresponde con mi convicción de que cuanto más avancen los estudios científicos y bíblicos, tanto más se pondrán de acuerdo con el Islam. Dicho de otra manera, la verdad islámica resulta más evidente según transcurre el tiempo.

En el sagrado Corán, Dios insiste sobre el particular en el siguiente versículo:

«Les enseñaremos nuestros signos en los horizontes y en sus propias personas, hasta que se les haga patente que el Corán es la verdad.» (41:51)

martes, 19 de enero de 2010

El Noble Qu' ran Karim


EL CORAN

El Corán es el registro final, infalible, directo y completo de las palabras exactas de Dios, traídas por el ángel Gabriel e implantadas firmemente en el corazón de Su Profeta y Mensajero final, Muhammad (con él la plegaria y la Paz). El Corán fue aprendido y memorizado por muchos de los compañeros de Muhammad y transmitido a nosotros a través de una preservación meticulosa vía oral (primariamente) y escrita (secundariamente) a lo largo de los siglos.

Los libros revelados antes del Corán a través de los Profetas y Mensajeros de Dios también fueron enviados por Él. Al revelar el Corán, el mensaje de Dios fue restablecido y clarificado. El Corán es único por diversas razones. Dios, El Guardián, ha conservado perfectamente el Corán, y garantizado que no sea corrompido hasta el final de los días. El Corán es considerado, no solo por los musulmanes sino por los historiadores de la religión, como el texto religioso más auténtico de todas las religiones mundiales. Ningún otro libro revelado nos ha llegado en su forma o idioma original. Algunos de ellos, como los rollos que le fueron revelados a Abraham (la Paz sea con él), ni siquiera nos han llegado. A lo largo del tiempo, fueron rescritas o eliminadas partes de otras escrituras, con la consiguiente distorsión del mensaje.

Dios no permitió que tal tergiversación le sucediera al Corán porque es Su libro final para toda la humanidad hasta el Día del Juicio. No vendrá ningún otro Profeta ni Mensajero. Si Dios no hubiera protegido al Corán, jamás nos habría llegado en su forma pura y original. Por esta razón, Dios no les confió a los seres humanos la conservación de Su Palabra, el Corán.

La preservación divina de las primeras escrituras no fue tan importante porque Dios siguió enviando Profetas y Mensajeros a la gente. La ley tal como estaba en esas antiguas escrituras no se encontraba en su forma completa. Por orden de Dios, Jesús (la Paz sea con él) introdujo modificaciones a la ley, por ejemplo, haciendo lícitas algunas cosas que antes no lo eran, pero sin cambiar el concepto básico de monoteísmo.

Otra cualidad única del Corán es que es un milagro sorprendente en sí mismo. Un milagro es un fenómeno que va contra el orden natural de las cosas y que demuestra claramente la intervención directa de Dios, El Todopoderoso.

Todos los Profetas y Mensajeros trajeron milagros de Dios que demostraron claramente la verdad de su carácter de Profetas. Abraham salió ileso después de ser arrojado a las llamas. Moisés levantó su bastón y Dios hizo que el mar se dividiera por Su misericordia. Jesús, el hijo de María, tocaba a los muertos y enfermos terminales y les devolvía la vida y la salud por el permiso de Dios –la Paz sea con todos ellos–. Todos estos milagros revelaron la legitimidad y validez de los Profetas y Mensajeros, pero solo pudieron ser vistos por las personas que estuvieron allí en ese momento.

Si bien el carácter de Profeta en Muhammad (con él la plegaria y la Paz) fue comprobado de igual manera por diversos sucesos milagrosos, el más importante de todos ellos es el Glorioso Corán. Dios desafía a aquellos que dudan de la autenticidad del Corán a producir un solo capítulo que se asemeje a un capítulo del Corán. (Cabe señalar que el capítulo más corto del Corán está compuesto de solo tres versículos cortos). Aunque nunca se ha podido lograr esto, el desafío de Dios sigue en pie hasta el Día del Juicio.

Uno de los milagros del Corán es que se trata del pináculo de la excelencia literaria. Es la prosa árabe más elocuente que existe. Su estilo no tiene parangón en la lengua árabe, es un estilo inimitable. El Corán es para toda la gente, y está disponible en su lengua viva y original, el árabe, que sigue siendo usada por millones de personas en todo el mundo. Los textos originales de muchos otros libros religiosos se han perdido con el pasar de los años y sus lenguas originales ya no se hablan en la actualidad.

Ni siquiera una palabra del Corán es palabra de Muhammad (con él la plegaria y la Paz), sino que son las palabras de Dios. Muhammad en realidad no sabía leer ni escribir. Él recitaba el Corán tal como le fue revelado por el ángel Gabriel, mientras que sus compañeros, por indicación suya, lo escribían y memorizaban. El Corán es la palabra directa de Dios. Por lo tanto, el Corán es el único libro que tenemos en la actualidad tal cual fuera revelado por Dios. No existen diferentes versiones del Corán. Si bien hay diversas traducciones del significado del Corán, ni siquiera se acercan a la magnificencia y belleza del Corán en árabe