En el Nombre de Dios, El Misericordioso, El Compasivo

Assalam Aleykum Wa Rahmatullah Wa Barakatuh

Bienvenidos todos, Mi nombre es Bilal y he construido este sitio web para aquellas personas que quieran conocer un poco mas acerca del Islam, no contiene cosas muy avanzadas ni rebuscadas, la idea es que puedan al menos familiarizarse con esta hermosa religion, con los conceptos basicos, nuestras creencias, nuestros pilares de fe y por sobre todas las cosas las enseñanzas que nos dejo el ultimo de los profetas enviado por Dios.

Le pido a Dios que este sitio sea de utilidad para ustedes y que Reciban la bendicion de nuestro amado Señor.

SALAM

martes, 23 de febrero de 2010

Lo que la Biblia dice acerca de la carne de Cerdo


LO QUE LA BIBLIA DICE ACERCA DE LA CARNE DEL CERDO


La Biblia dice en Deuteronomio 14:3-8 :

"No comas abominación alguna. He aquí los animales que comeréis: el buey, la oveja y la cabra; el ciervo, la gacela y el corzo; cabra montés, el antílope, el búfalo; la gamuza; todo animal que tenga la pezuña dividida y el pie hendido y rumie; pero no comeréis... EL PUERCO, QUE TIENE LA PEZUÑA HENDIDA, PERO NO RUMIA, ES INMUNDO PARA VOSOTROS. NO COMERÉIS SUS CARNES NI TOCARÉIS SUS CADÁVERES..."

Entonces: ¿Por qué los cristianos lo comen, si en el Libro, Dios (que sabe lo que es mejor para nosotros) les prohíbe hacerlo? Los judíos no la consumen como tampoco los musulmanes.

¿Por qué nos preguntan constantemente por las mismas cuestiones, si ellos las tienen en su Libro?

¿A caso no saben que los Libros de Abraham, la Torá de Moisés, el Salterio de David, el Evangelio de Jesús, el Corán y otros insisten en las mismas cuestiones porque es Dios, el Único, quien los ha revelado?

La carne de este animal es muy nociva para el ser humano, no sólo físicamente. Fijaos que la Biblia dice que ni toquemos el cadáver de un cerdo. También prohíbe la ingestión de numerosos animales e incluso los que hayan fallecido por causa natural en el punto 21: "No comeréis mortecino de ningún animal..."

La carne del cerdo posee una dotación genética muy similar a la nuestra, por lo cual se ha utilizado mucho en transplantes de órganos a humanos. Pero ahora se está observando que no es recomendable. Esa similitud genética hace que numerosos virus y tipos de cáncer pasen directamente al cuerpo humano. El doctor Jonathan Stoye y sus colegas, del Instituto Nacional para la Investigación Médica, en Londres, han publicado en la conocidísima revista científica Nature (16-10-1997), que hay dos clases diferentes de provirus en el cerdo que son capaces de infectar a las células humanas. Aseguran que pueden representar un peligro para la salud humana y que ya se había comprobado en anteriores estudios. Los virus se han descubierto en varias razas de cerdo, incluyendo algunas de las que se han criado selectivamente para trasplantes en humanos. Stoye y sus colegas han dicho, tras estudiar la magnitud del problema: "El número de provirus que está presente sugiere que la posibilidad de obtener cerdos sin virus va a ser una tarea muy difícil, QUIZÁ IMPOSIBLE."

Si se busca más información (incluso en Internet), se encontrará muy poco acerca de la nocividad de la carne de este animal y se podrá observar la enorme cantidad de artículos que existen sobre lo buena y saludable que es esta carne. Lo cual demuestra una vez más, que los intereses económicos están por encima de todo y los proyectos de investigación sobre este aspecto son escasamente financiados, porque no interesa. La industria de la carne de cerdo mueve millones y millones de pesetas en el mundo.

El metabolismo del cerdo excreta una mínima parte de los productos de deshecho, con lo cual la mayoría se queda almacenado en su grasa. Estas sustancias son toxinas que el organismo humano acumula si lo consume. También es el responsable de los brotes de gripe en aquellas poblaciones consumidoras del mismo. Allah, en su Eterna Sabiduría, nos aconseja que no lo consumamos, por estos motivos físicos y por motivos espirituales. El cerdo es IMPURO, esto quiere decir que interfiere en las vibraciones espirituales purificadas que debe tener el creyente.

En el Islam, se insiste mucho en la limpieza, higiene y pureza. Así, hacemos nuestras postraciones en alfombras limpias, donde ninguna suela de zapato ha pisado, purificamos nuestro cuerpo externamente, mediante el agua en las abluciones previas a la adoración de nuestro Señor, el Dueño del Universo. Ponemos gran atención a tener nuestras ropas limpias de impurezas. Hasta aquí la purificación externa. También nos purificamos por dentro, alimentándonos con lo mejor que Allah nos ha dado y nos ha aconsejado para que comamos. En general, no comemos más que animales herbívoros, cuyas proteínas son digeridas fácilmente por nuestro organismo, sin ofrecer peligro alguno para nuestra salud. Hasta ahora hablamos del lado físico de la purificación, pero además de todo lo anterior, antes de comenzar nuestras plegarias, también limpiamos nuestro corazón (esto es lo más difícil). Completando externa e internamente, física y espiritualmente nuestra limpieza. Y esto lo hacemos cinco veces al día.

Los que quieren difamar al Islam se empeñan en decir que "Mahoma" (cuyo nombre correcto es Muhammad), era un señor muy listo y que escribió el Corán, ordenó que la gente no comiera cerdo porque en aquella época había mucha triquinosis (Astaghfirul.lah, que Allah me perdone). He escuchado cientos de veces las explicaciones de estos llamados "intelectuales" de pacotilla que lo único que hacen en sus fríos discursos es demostrar lo ignorantes que son y que solo saben repetir como "loros", lo que otros han dicho, sin parar a pensar realmente cuál es la filosofía islámica y la dimensión tan grande que abarca. ¿Por qué antes de hablar no se enteran bien de qué es el Islam? Seguro que si les preguntamos qué es el Islam, no tienen ni idea.

Mohammad (las bendiciones y la paz de Allah sean con él) era analfabeto, no sabía leer ni escribir y vivía en un lugar inhóspito como es la Meca, en medio de un desierto implacable y solo viajó dos veces en toda su vida fuera de lo que es hoy Arabia. En su niñez y de joven viajó a un pueblecito de Siria acompañando a las caravanas para comerciar. ¿Quién puede creer que una persona así pueda adquirir tales cantidades de conocimientos hace 1.400 años si añadimos la gran cantidad de información científica de todo tipo hallada en el Corán y demostrada actualmente por la ciencia? Si es verdad que tuvo "maestros que le enseñaban los conocimientos y que copiaba cosas de la Biblia (lo cual es imposible pues en aquella época no existía ninguna Biblia traducida al árabe). ¿Por qué no alzaron su voz para decir: "Oh, yo le instruí" o "Yo le enseñé esas cosas que dice"? Porque Muhammad (las bendiciones y la paz de Allah sean con él) proclamó al mundo entero su revelación y de hecho tuvo que emigrar (a Medina), porque querían acabar con él la propia gente de su pueblo. ¿Dónde estaban entonces esos supuestos maestros de Muhammad (las bendiciones y la paz de Allah sean con él)? ¿Por qué no se revelaron y le acusaron? En ningún sitio, únicamente en las turbias imaginaciones de los historiadores y orientalistas que quieren ensuciar la imagen del Islam. Las cruzadas contra el Islam todavía persisten hoy día.

Volviendo al tema central de esta sección, el cerdo es un animal sucio y repugnante, que no duda en comerse sus propias heces o carroña muerta. Examinemos, sino las múltiples palabras que se usan en castellano para designarlo: cerdo, marrano, cochino, puerco, guarro, gorrino...Es un animal que se alimenta de cualquier cosa. No obstante es digno de respeto, pues es un ser vivo que forma parte de lo que ha creado Allah y cumple su función en la naturaleza, como cualquier otro ser vivo.

En una ocasión alguien quiso hacerme daño recordándome que antes de ser musulmán probé la carne del cerdo y yo le contesté (perdonen la grosería): "Si de pequeño me hubiesen acostumbrado a comer basura, hoy diría que es exquisita y no dudaría en comerla a puñados. Pero si un día me hiciese adulto, con capacidad de pensar y de usar mi inteligencia para diferenciarme de los animales, me daría cuenta de que comer basura es una inmundicia. Esto del cerdo es igual, si señor, es así de sencillo. Piense un poco por favor. El Corán insiste constantemente: "¿Es que no pensáis? ¿Es que no razonáis?"

En la naturaleza existen muchísimos seres vivos y cada uno tiene un papel concreto, de modo que existe un equilibrio perfecto. Así hay animales que se dedican a consumir lo que otros no quieren o los productos de deshecho de otros. Como por ejemplo, el escarabajo pelotero, gracias al cual los excrementos de algunos animales grandes desaparecen en la naturaleza y se transforman, pasando al ciclo de la vida en el ecosistema. Este escarabajo hace enormes bolas de excrementos, que luego entierra y se las come. Si es hembra puede poner huevos para criar a sus larvas. Bien, pues el cerdo cumple un papel parecido, pero en este caso no es un insecto sino un vertebrado, que se ocupa de hacer desaparecer del ecosistema muchos productos, ayudando a mantener el equilibrio necesario para la coexistencia de todas las especies. Pero no veréis al escarabajo pelotero comiendo un pastel de fresa. ¿Por qué nosotros que sí podemos comernos el pastel de fresa vamos a comer cerdo o escarabajos?

Además del cerdo hay otras muchas cosas que no comemos, sin embargo la gente solo se fija en detalles absurdos. Tampoco comemos carne de león, por ejemplo (por varias razones, entre las que ya se citaron para el cerdo, como por ejemplo el no ser herbívoro) o sangre, o carne de aves rapaces, etc...Pero todo ello responde a razones lógicas y CIENTÍFICAS.

También, además del Corán, la Sunna de nuestro amado Profeta (la Paz y las Bendiciones sean con Él), nos aconseja no comer demasiada carne y tener una dieta más equilibrada con vegetales. Y es que en el Islam no se descuida nada. El cuerpo humano es un templo sagrado para el musulmán y debemos mantenerlo sano. Por eso están desechados por completo todos los tipos de drogas, desde el tabaco o el alcohol hasta las drogas duras y cualquier otra cosa que suponga una amenaza para nuestra salud.

viernes, 19 de febrero de 2010

El Concepto de la Vida


El Concepto de La Vida

La vida es una brillante demostración de la sabiduría y el conocimiento de Dios, un vívido reflejo de Su Arte y Poder. El es el Dador y el Creador de la Vida. Nada debe su existencia al azar y nadie se crea a sí mismo, ni crea tampoco ser alguno. La vida constituye un valor querido y estimable y ninguna persona sensata y normal desearía perderla por su voluntad. Incluso, aquellos que, se sienten desesperados, y ponen fin a sus vidas cometiendo suicidio lento, tratan en el ultimo minuto de recuperar su existencia y desean recibir una segunda oportunidad de vivir. La vida le viene dada al hombre por Dios, y El es el Único Legitimado para quitarla;

nadie más tiene derecho a destruir una vida. Es por ello por lo que el Islam prohíbe todo tipo de suicidios y autodestrucción y recomienda paciencia y buena fe, cuando muere un ser querido. Cuando se ejecuta a un asesino en castigo de sus crímenes su vida es arrebatada en virtud U derecho de Dios y de acuerdo con Su Ley.

Cuando Dios da la vida al hombre, no le dota en vano de cualidades únicas y grandes facultades. Ni tampoco le carga en vano con determinadas obligaciones. Dios quiere ayudar al hombre a satisfacer el objetivo de la vida como una actividad creativa, y activa, y a saborear las delicias de la existencia con arreglo a la orientación divina. La vida es un valor recibido de Dios, y el hombre un depositario que debe servirse de este valor con honradez y destreza, con respecto hacia Dios y con conciencia de su responsabilidad ante El.

La vida puede asemejarse a un viaje, que se inicia en determinado punto y concluye en un determinado destino. Es una etapa transitoria, una introducción a la Vida Eterna en el Más Allá. En este viaje el hombre es un viajero, y sólo debe preocuparse por lo que es útil para la Vida Futura. Dicho de otro modo, deberá hacer todo el bien que pueda, y estar preparado para viajar en cualquier momento a la eternidad. Tendrá que considerar su vida en la tierra como una oportunidad, que se le ofrece para sacar el máximo provecho de ella mientras pueda, puesto que: cuando le llegue el momento de abandonarla no podrá retrasarse ni un segundo. Expirado su plazo, no podrá hacer nada por prolongarlo. La mejor forma de emplear la vida es, por consiguiente, vivir de acuerdo con las enseñanzas de Dios y convertirla en un tránsito seguro a la Vida Futura de la Eternidad. Puesto que la importancia de la vida, como medio hacia un último fin, es tan grande, que el Islam ha elaborado un sistema completo de reglas y principios que muestran al hombre cómo debe vivirlas qué debe tomar y qué debe abandonar, qué ha de realizar 0 qué ha de evitar, etc. Todos los hombres proceden de Dios y no cabe ninguna duda de que todos volverán a El. En una de sus afirmaciones fundamentales, el Profeta Muhammad recomendaba, sabiamente, que el hombre se considere un extraño en esta vida, como viajero que transita por el mundo.

lunes, 15 de febrero de 2010

Los Placeres del Paraiso Pt.2


La Eternidad en el Más Allá

Los placeres de este mundo son transitorios, mientras que las alegrías del más allá son eternas. En esta vida, cuando una persona disfruta de algo, es sólo por un corto periodo de tiempo antes de que se aburra de ella y proceda a la búsqueda de algo distinto, o tal vez no sienta ya la necesidad de ella por completo. En cuanto a los placeres del Paraíso, las personas nunca se sentirán aburridos, sino que por el contrario, su bondad se incrementará cada vez que se dediquen a ello.

Además, la vida de este mundo es muy corta. Los seres humanos sólo viven por un corto tiempo. Dios dice en el Corán.

“El goce de la vida mundanal es corto, en cambio la otra vida es mejor para los piadosos y no serán tratados injustamente en lo más mínimo.” (Corán 4:77)

Mientras que en el Paraíso, la gente vivirá para siempre. Dios dice:

“…sus frutos no se agotarán jamás y su sombra será eterna…” (Corán 13:35)

“[Sabed que] Lo que vosotros tenéis es temporario y lo que Dios tiene es perdurable…” (Corán 16:96)

“Y por cierto que éste es Nuestro sustento [con el que os agraciaremos], y no se agotará jamás” (Corán 38:54)

Deleites Superiores

Los placeres de la gente del Paraíso, como vestimentas, alimentos, bebidas, joyas y palacios, serán muy superiores a sus contrapartes en este mundo. De hecho, no hay lugar para la comparación, ya que incluso el más pequeño espacio en el Paraíso es mejor que este mundo y todo lo que hay en él. El Profeta Muhammad, que Dios lo alabe, dijo:

“El espacio que ocupa un lazo en el Paraíso es superior a todo lo que ilumina el sol” (Mishkaat al-Masaabih 3/85, no. 5615)

Libre de toda Impureza

El Paraíso está libre de todas las impurezas de este mundo. Comer y beber en esta vida se traduce en la necesidad de excreción y sus asociados olores desagradables. Si una persona bebe vino en este mundo, pierde su conciencia. Las mujeres en este mundo menstrúan y dan a luz, lo que es fuente de dolor e incomodidad. El Paraíso está libre de todas estas molestias: su gente no orina, ni defeca, ni escupen o sufren catarro. El vino del Paraíso, como se describe por su Creador, es el siguiente:

“…será blanco y delicioso para quienes lo beban, y no les provocará jaqueca ni embriaguez.” (Corán 37:46-47)

El agua del Paraíso no se corrompe, y su leche nunca cambia de sabor:

...hay ríos de agua cuyas propiedades son inalterables, ríos de leche que siempre tendrá buen sabor...” (Corán 47:15)

La mujer del Paraíso es pura y libre de menstruación, hemorragia postparto y otras impurezas, y todos estarán libres de orín y heces. Dios dice:

“...tendrán esposas puras, y morarán allí eternamente” (Corán 2:25)

El profeta respondió a una persona cuando se le pregunto cómo los habitantes del Paraíso harán sus necesidades fisiológicas:

“Ellos excretarán a través de la transpiración, que tendrá la fragancia del almizcle…” (ibn Hibbaan)

Lo que hemos mencionado ha sido una simple comparación con el fin de comprender la naturaleza del Paraíso, pero como dijo Dios de sus placeres, son verdaderamente ocultos.

“Nadie sabe la alegría que le espera [a los piadosos] como recompensa por lo que hicieron.” (Corán, 32:17)

El Paraíso: No hay nada que se le compare

Los placeres del Paraíso superan la imaginación y desafían toda descripción. Son como nada conocido a la gente de este mundo, no importa lo avanzado que puede llegar a ser, lo que sea no se compara con las alegrías del más allá. Como se menciona en varios informes, no hay nada como el Paraíso:

“Sus fuentes de luminosidad, plantas aromáticas, espaciosos palacios, ríos fluyentes, frutas frescas, hermosos cónyuges, abundantes vestimentas, con eterno placer, en hermosas construcciones…”. (Ibn Maayah, Ibn Hibbaan)

Uno de sus compañeros le preguntó al Profeta acerca de los edificios del Paraíso y él respondió con una maravillosa descripción:

“Ladrillos de oro y plata, mezcla de almizcle, perlas y zafiros, y pisos de azafrán. Quien ingrese tendrá felicidad eterna y no conocerá la miseria, vivirá allí eternamente y ya no morirá. Sus vestimentas jamás se desgastarán…” (Ahmad, at-Tirmidhi, ad-Daarimi)

Dios dijo:

Y cuando contemples el Paraíso, sólo encontrarás delicias y un gran reino” (Corán 76:20)

Lo que Dios nos ha mantenido oculto sobre los placeres del Paraíso está más allá de nuestra capacidad de comprender. El Profeta narró que Dios dijo:

“He preparado para mis siervos lo que ningún ojo vio, ningún oído oyó, ni la mente puede imaginar.” Si quieres comprender esto recita (el versículo Coránico):

“Nadie sabe la alegría que le espera [a los piadosos] como recompensa por lo que hicieron.” (Corán 32:17)

En otra narración:

“No te preocupes por lo que tu Señor te ha descrito; lo que no te ha descrito es todavía más maravilloso…” (Sahih Muslim)

domingo, 14 de febrero de 2010

Los Placeres del Paraiso Pt.1


La realidad del Paraíso es algo que la gente nunca será capaz de entender hasta que realmente entre en él, pero Dios nos ha permitido vislumbrar algo de él a través del Corán. Él lo ha descrito como un lugar esencialmente diferente a la vida de este mundo, tanto en la propia naturaleza y el propósito de la vida, así como los tipos de placeres que la gente disfrutará en él. El Corán habla sobre el Paraíso, que Dios ofrece a los creyentes, describe sus grandes bendiciones y proclama su belleza. Se informa a la gente que el Paraíso es una de las dos formas de vida preparadas para el mundo del más allá, y que cada cosa buena será en el Paraíso acorde a un grado que supera nuestra actual capacidad de imaginar. También muestra que el paraíso es un lugar donde todas las bendiciones tienen una naturaleza perfecta y donde la gente recibirá todo lo que sus corazones anhelen, y que sus habitantes jamás experimentarán miseria, necesidad, ansiedad, tristeza, dolor o pesar. Cada tipo de belleza y bendición existe en el Paraíso y se revela con una perfección nunca antes vista o conocida. Dios ha preparado tales bendiciones como regalo y recompensa, y esto sólo se ofrecerá a las personas con quienes Él se complace.

Pero, ¿cuál es la naturaleza de estos placeres en el Paraíso, y cómo se distinguen de los placeres de este mundo? Trataremos de destacar algunas de estas diferencias.

Deleite puro, sin dolor ni sufrimiento

Si bien la gente en este mundo experimenta placer, también se enfrenta a mucho esfuerzo y sufrimiento. Si uno analiza la vida, se dará cuenta que la cantidad de dificultades a las que se enfrenta es mucho mayor que la facilidad y la comodidad. En cuanto a la vida del más allá, no habrá dificultades ni sufrimientos, y la gente vivirá en ella en puro gozo y alegría. Todas las causas de tristeza, dolor y sufrimiento que se experimentan en esta vida estarán ausentes en el más allá. Echemos un vistazo a algunas de esas causas.

Riquezas

Cuando se piensa en el éxito en esta vida, se suele evocar la imagen de grandes casas, joyas, ropas, vehículos costosos, es decir que la estabilidad financiera se ve como la clave para una vida feliz. Para la mayoría de las personas, el éxito está inseparablemente relacionado a la riqueza, a pesar de que esta es la más alejada de las verdades. ¿Cuántas veces hemos visto a personas adineradas con vidas miserables, que incluso llegan a cometer suicidio? La riqueza es algo que los seres humanos en su propia naturaleza desean a cualquier costo, y este deseo ha sido creado con un sabio objetivo. Cuando este deseo no es satisfecho, causa cierto grado de dolor y decepción en la persona. Por esta razón, Dios ha prometido a los habitantes de Paraíso que tendrán todo lo que se imaginan en cuanto a riquezas y pertenencias se refiere, tanto para los que son pobres, sufriendo hambre y sed, así como para los adinerados, pero que desean aún más. Dios nos da una idea de esto cuando dice:

“…habrá allí todo lo que deseen, se deleitarán sus miradas [al contemplar la recompensa] y en él estarán eternamente” (Corán 43:71)

“Comed y bebed tranquilos por el bien que hicisteis en los días pasados” (Corán 69:24)

“Ellos alcanzarán los Jardines del Edén por donde corren los ríos. Serán engalanados allí con brazaletes de oro, vestidos con prendas verdes de seda y brocado, y estarán recostados sobre sofás. ¡Qué placentera recompensa y qué bello lugar de descanso!” (Corán 18:31)


Enfermedades y muerte

Otra causa de dolor y sufrimiento en esta vida es la enfermedad o la muerte de un ser querido, algo que no existe en el Paraíso. Nadie sufrirá enfermedad o dolor en el Paraíso. El Profeta Muhammad, que Dios lo alabe, dice sobre los habitantes del Paraíso:

“Nunca estarán enfermos, no tendrán mucosidades ni salivaciones.” (Sahih Al-Bujari)

Nadie morirá en el Paraíso. Todos vivirán eternamente disfrutando de sus placeres. El Profeta Muhammad dijo que un portavoz dirá cuando la gente ingrese en el Paraíso:

“Siempre estarán sanos y no enfermarán, vivirán por siempre y ya no experimentarán la muerte, serán por siempre jóvenes y ya no envejecerán, disfrutarán y ya no sentirán pesar alguno.” (Sahih Muslim)


Relaciones Sociales

En cuanto a los que sentían remordimiento debido a una fisura en las relaciones personales, la gente del Paraíso nunca escuchará comentarios o palabras hirientes en el Paraíso. Sólo escucharán buenas palabras de paz. Dios dice:

“Allí no oirán banalidades ni [palabras que encierren] pecado, sólo oirán palabras buenas y saludos de paz.” (Corán 56:25-26)

No habrá enemistad entre las personas, ni malos sentimientos:

“Purificaremos sus corazones del rencor que hubiere habido entre ellos.” (Corán 7:43)

El profeta dijo:

“No habrá odio ni resentimiento, sus corazones serán como uno solo, glorificando a su Señor mañana y tarde.” (Sahih Al-Bujari)

Las personas tendrán la mejor compañía en el más allá, que son también las mejores personas en este mundo:

“Quienes obedezcan a Dios y al Mensajero estarán con quienes Dios ha agraciado: los Profetas, los veraces, los mártires y los justos. ¡Qué excelentes compañeros!” (Corán 4:69)

El corazón de la gente del Paraíso será puro, sus palabras serán buenas, sus acciones justas. No habrá palabras hirientes, molestas, ofensivas o provocativas. Si analizáramos las causas de angustia en esta vida, encontraríamos que estarán ausentes en el Paraíso.


miércoles, 10 de febrero de 2010

El Calendario Islamico



El Calendario Islámico

Se lee en el Sagrado Corán:

"Ellos preguntan acerca de las fases de la luna, di: sirven para indicar a los hombres el tiempo y la Peregrinación" (Sagrado Corán, Sura Nº02 Al Baqara, aleya 189)

El Islam ha hecho uso de ambos sistemas (lunar y solar) para medir el tiempo. Donde la adoración se practica de acuerdo al sistema solar de cálculo, el cual es usado para las cinco oraciones diarias, o para el comienzo y final del ayuno, etc. El sistema lunar es usado, por ejemplo, en la determinación del mes de ayuno o en disponer cuál es el tiempo de peregrinación a Mecca (Hajj) y otras fiestas.

En cuanto al calendario lunar, los años se componen de 12 meses lunares o lunaciones, y forma ciclos de 30 años, de los cuales son bisiestos los años , 2º, 5º , 7º ,10, 13º ,16, 18º, 21º, 24º, 26º, y 29º. Los años comunes tienen 354 días y los bisiestos 355 días, agregándose a ellos un día al último mes, Dulhiya. Salvo este caso, Moharrem, en que se inicia el año, alternativamente 30 y 29 días. Este calendario tiene su punto de partida en la Hégira, o sea, la emigración del profeta Mohammed y los primeros creyentes de la Mecca a Medina el 16 de julio del año 622 d.C. y dio comienzo a la era musulmana.


Así pues , los años de la Hégira son lunares como el calendario hebreo y el calendario lunar cristiano con al diferencia de que éstos colocan un mes intercalar cuando así está indicado. He aquí el nombre y el significado de cada mes:

1º. Muharram ul HaramMes sagrado ( año nuevo)
2º. SafarMes de partida
3º. Rabi-ul-AwwalPrimavera.
4º. Rab-ul-AjirContinuación de la Primavera
5º.Yumada-ul-AwwalMes de la Sequía .
6º. Yumada-ul-AjirContinuación de la sequía
7º. RayabMes del respecto y de la abstinencia.
8º. Sha'abanMes de la germinación
9º. RamadhanMes del gran calor ( mes del ayuno)
10º. ShawwalMes del emparejamiento de los animal.
11º. Dhul QadahMes del descanso.
12º. Dhul HiyyaMes de la peregrinación.

El Sagrado Corán dicta:

“El número de meses para Allah es de doce, en el Libro de Allah, el día en que creó los cielos y la tierra. De ellos, cuatro son inviolables. Esta es la práctica de adoración recta”

(Sura Nº 09, El Arrepentimiento, aleya 36).

Muharram, Rajab, Dhul Qadah y Dhul Hijja son considerados meses sagrados. Las peleas y discusiones durante esos meses son considerados pecado.

La traducción del nombre de los meses no coincide en muchos casos con la realidad, debido a que no hay un sistema intercalar o embolismal para mantener los meses en la misma estación con respecto al sol (porque no es necesario para nosotros), y además los meses retroceden todas las estaciones en ciclos de 32 años y medio . Esto hace que, los meses lunares vayan rotando con unos diez u once días de desfase de un año para otro y así, por ejemplo, los musulmanes de todo el mundo tengan igualdad en cuanto a que el mes de Ramadhan o de ayuno se desplace de año en año, por todas las estaciones. De lo contrario sería injusto que la gente del hemisferio norte tenga el ayuno siempre en invierno (cuando el día es más corto) y la del hemisferio sur en verano (el ayuno se prolonga mucho más, pues el día es más largo). De este modo Al-lah (=Dios) en su infinita sabiduría nos ha legado un sistema equilibrado, justo para todos y con los ritmos de la naturaleza.

El mes lunar es de 29 ó 30 días ( más exactamente 29 días , 12 horas y 40 minutos) comenzando el día en que comienza la luna , y los días se computan no desde media noche, sino desde que se pone el sol.
Así el año solar o civil , es decir el año de d.C es de de 365días tiene 11 días más que los años del Hégira o lunares y de ahí que 33 años lunares son iguales a 32 años y 2 día d.C .


Equivalencia de la era musulmana y cristiana.


Según hemos ya indicado, la era musulmana comenzó el 16 de julio del año 622 d.C. Por lo cual hay que restar esta cantidad de la era cristiana para calcular la equivalencia con la era musulmana y viceversa, es necesario añadir a la era musulmana esta cantidad para obtener el año cristiano, que corresponde a determinada fecha musulmana.

Para obtener la relación de los años musulmanes con los cristianos se sustrae 1/33 del año de la hégira y se añade 622.

Para obtener la relación de los años de la era cristiana con los años de la era musulmana se resta del año d.C. 622 y se añade 1/32 de la sustracción o se resta:

Ejemplos:

1- Se desea saber qué año de Hégira corresponde al año 2000.

2000- 622 +[ ( 2000-622) ¸ 32] = 1421


2- Se desea saber qué año de J.C corresponde al 1421 de la Hégira.

1421- [ 1422¸33]+ 622 = 2000

martes, 9 de febrero de 2010

La Tolerancia del Profeta hacia otras religiones Pt.2 La Autonomia Religiosa y la Politica


Hay muchos otros ejemplos durante el tiempo de vida del Profeta, que Dios exalte su mención, además de la Sahifah, que demuestran prácticamente la tolerancia que el Islam muestra hacia las otras religiones.

Libertad de reunión y autonomía religiosa

Dado el consentimiento por parte de la constitución, los judíos tuvieron la completa libertad de practicar su religión. Los judíos en Medina en el tiempo del Profeta tuvieron su propia escuela de aprendizaje, llamada Bait-ul-Midras, en la que ellos solían recitar la Tora, hacer actos de adoración y educarse a ellos mismos.

El Profeta enfatizó en muchas cartas a sus emisarios que las instituciones no podían ser maltratadas. He aquí una carta dirigida a su emisario ante los líderes de Santa Catalina en el Monte Sinaí, quienes buscaban la protección de los musulmanes:

“Este es un mensaje de Muhammad ibn Abdullah, como un pacto con aquellos que adoptan el cristianismo, cercanos o lejanos, nosotros estamos con ellos. En verdad, yo, los servidores, los asistentes y mis seguidores los defienden, debido a que los cristianos son mis ciudadanos. ¡Y por Dios!, yo estoy en contra de cualquier cosa que no los complazca a ellos. Ninguna imposición debe haber sobre ellos. Ni tampoco sus jueces deben ser removidos de sus puestos ni sus monjes de sus monasterios. Nadie debe destruir una casa de culto, ni dañarla, ni llevarse nada de ella para las casas musulmanas. Si alguien toma algo de esto, él dañará el pacto de Dios y desobedecerá a Su Profeta. En verdad, ellos son mis aliados y tienen mi apoyo seguro contra todos aquellos con los que ellos se enemisten. Nadie debe obligarlos a viajar u obligarlos a luchar. Los musulmanes deben luchar junto a ellos. Una mujer cristiana no puede ser casada con un musulmán sin que ella dé su consentimiento. A ella no se le debe impedir visitar su iglesia para orar. Sus iglesias son declaradas bajo protección. A ellos no se les deben impedir repararlas ni dejar de observar lo sagrado de sus pactos. Nadie de la nación (los musulmanes) debe desobedecer el pacto hasta el Ultimo Día (el fin del mundo)”.

Como uno puede ver, esta carta consistía de varias cláusulas que cubrían todos los aspectos importantes de los derechos humanos, incluyendo temas como la protección de las minorías que vivían bajo el mandato islámico, la libertad de culto y movimiento, la libertad de nombramiento de sus propios jueces, y de tener y mantener su propiedad, la exención del servicio militar, y el derecho a la protección en la guerra.

En otra ocasión, el Profeta recibió una delegación de sesenta cristianos de la región de Nayrán, en ese entonces una parte de Yemen, en su mezquita. Cuando llegó el momento de su oración, ellos miraron hacia el este y oraron. El Profeta ordenó que se los dejara tranquilos y que no fueran interrumpidos.

Política

También hay ejemplos en la vida del Profeta en los cuales él cooperó con la gente de otras religiones en la arena política. Seleccionó a un no musulmán, Amr ibn Umaiyah-ad-Damri, como embajador para ser enviado ante Negus, el Rey de Etiopía.

Estos son sólo algunos ejemplos de la tolerancia del Profeta hacia otras religiones. El Islam reconoce que hay pluralidad de regiones en esta tierra, y le da el derecho a los individuos a escoger el camino que ellos crean que sea verdadero. La religión no deber ser, y nunca lo fue, obligatoria para un individuo en contra de su propia voluntad; y estos ejemplos de la vida del Profeta, que Dios exalte su mención, son un epítome del versículo del Corán que promueve la tolerancia religiosa y establece la guía para la interacción de los musulmanes con las personas de otras religiones. Dios dice:

“No está permitido forzar a nadie a creer”. (Corán 2:256)


lunes, 8 de febrero de 2010

La Tolerancia del Profeta hacia otras religiones Pt.1, cada cual su propia religion


El trato del Profeta, que Dios exalte su mención, hacia otras religiones puede ser mejor descrito en el verso del Corán que dice:

“Vosotros tenéis vuestra religión, y yo tengo la mía”.

La península de Arabia, durante el tiempo del Profeta, era una región en la que varias religiones estaban presentes. Allí había cristianos, judíos, zoroastrianos, politeístas, y otros no afiliados a ninguna religión. Cuando uno mira la vida del Profeta, puede tomar muchos ejemplos que representan el alto nivel de tolerancia hacia la gente de otras religiones.

Con el fin de entender y juzgar esta tolerancia, uno debe mirar el periodo en el que el Islam era un estado formal, con las leyes específicas establecidas por el Profeta de acuerdo con los principios de la religión. Aunque se pueden observar muchos ejemplos de tolerancia mostrados por el Profeta en los 13 años de su permanencia en La Meca, uno puede equivocadamente pensar que esto sólo se debía a que buscaba elevar el perfil de los musulmanes y el status social del Islam en general. Por esta razón, la discusión se limitará al periodo que tuvo inicio con la emigración del Profeta a Medina y, específicamente, una vez se estableció la constitución.

La Sahifah

El mejor ejemplo de tolerancia mostrado por el Profeta hacia otras religiones puede ser la constitución misma, llamada la ‘Sahifah’ por los primeros historiadores.[1] Cuando el Profeta emigró hacia Medina, su papel como un simple líder religioso llegó a su fin; él era ahora el líder político de un estado, gobernado por medio de los preceptos del Islam, los cuales exigían que se establecieran leyes claras de gobierno para asegurar la armonía y la estabilidad en una sociedad que alguna vez había sido afligida por décadas de guerra; leyes que debían asegurar la coexistencia pacífica de los musulmanes, los judíos, los cristianos y los politeístas. Debido a esto, el Profeta estableció una ‘constitución’, misma que detalló las responsabilidades de todas las partes que residían en Medina, sus obligaciones para con cada una de las otras, y ciertas restricciones que se imponían a cada una. Todas las partes debían obedecer lo que allí se mencionaba, y cualquier violación de sus artículos sería considerada como un acto de traición.

Una Nación

El primer artículo de la constitución era que todos los habitantes de Medina, los musulmanes, así como aquellos que habían entrado en el pacto como los judíos, los cristianos, y los idólatras, eran “una nación”. Todos eran considerados miembros y ciudadanos de la sociedad de Medina, sin importar su religión, raza o ancestros. Las personas de otras religiones eran protegidas de cualquier daño de la misma forma que los musulmanes, como está establecido en otro artículo: “A los judíos que nos siguen les corresponde la ayuda y la equidad. Ellos no deben ser dañados ni auxiliados sus enemigos”. Previamente, cada tribu tenía alianzas y enemigos dentro y fuera de Medina. El Profeta reunió a estas tribus bajo un sistema de gobierno, el cual sostuvo los pactos de las alianzas en existencia con anterioridad entre aquellas tribus individuales. Todas las tribus tenían que actuar como un todo, sin importar las alianzas individuales. Cualquier ataque sobre otra religión u otra tribu era considerado un ataque sobre el estado y sobre los musulmanes también.

Las vidas de los practicantes de otras religiones en la sociedad musulmana también recibían estatus de protegidas. El Profeta dijo:

“Quienquiera que mate a una persona que tenga una tregua con los musulmanes nunca olerá la fragancia del Paraíso”. (Sahih Muslim)

Dado que la ventaja estaba de parte de los musulmanes, el Profeta estrictamente advirtió en contra de cualquier maltrato hacia personas de otras religiones. Él dijo:

“¡Cuidado! Quienquiera que sea cruel y duro con una minoría no musulmana o quien restrinja sus derechos o le cargue con algo mayor a lo que ellos puedan soportar, o quienquiera que tome cualquier cosa para él en contra de su libre voluntad, yo (el Profeta Muhammad) me quejaré en contra de esa persona en el Día del Juicio”. (Abu Dawud)

A cada cual su propia religión

En otro artículo, la constitución establece: “Los judíos tienen su religión y los musulmanes tienen la suya”. En esto, está claro que nada, excepto la tolerancia, sería tolerado; y que, aunque todos eran miembros de la misma sociedad, cada cual tenía su religión separada que no podía ser violada. A cada cual le era permitido practicar sus creencias con libertad, sin ningún impedimento, y no se toleraría ningún acto de provocación.

Hay muchos otros artículos de esta constitución que pueden ser discutidos, pero el énfasis será puesto en un artículo que establece: “Si alguna disputa o controversia que pueda causar problema llegare a surgir, ésta debe ser referida a Dios y a su Mensajero”. Esta cláusula sostenía que todos los habitantes de un Estado deben reconocer un nivel superior de autoridad y en aquellos asuntos que involucraban varias tribus y religiones, la justicia no podían ser tomada por líderes individuales; en lugar de eso, ésta debía ser arbitrada por un líder del estado en persona o sus representantes designados. Estaba permitido, sin embargo, para las tribus individuales que no eran musulmanas, referirse a sus propias escrituras religiosas y a sus hombres instruidos con relación a sus propios asuntos. Aunque podían, si así optaban por hacerlo, pedirle al Profeta que juzgara entre ellos sus asuntos. Dios dice en el Corán:

“Prestan oídos a la mentira y comen vorazmente de lo ilícito. Y si se presentan ante ti [para que juzgues entre ellos], hazlo o no intervengas [si no quieres]. Si no intervienes, no podrán perjudicarte en absoluto; y si juzgas entre ellos, hazlo con equidad. Dios ama a los justos”. (Corán 5:42)


Aquí vemos que el Profeta le permitía a cada religión juzgar sobre sus propios asuntos, de acuerdo con sus propias escrituras, siempre y cuando ello no estuviera en oposición con los artículos de la constitución, un pacto que tomó en cuenta el mayor beneficio de la coexistencia pacífica de la sociedad.


sábado, 6 de febrero de 2010

Que es El Yihad?


YIHAD

La palabra Yihad significa "esfuerzo, lucha", y es el fundamento mismo del Islam. Algunos autores lo consideran el sexto pilar, pero en realidad es el cimiento sobre el que se asienta todo el Din. Al contrario de la mentalidad imperante que entiende la religión en términos de paz espiritual, el Islam propone la acción como vía hacia la realización a los que aspira. El mito de la paz espiritual tiene su historia. Cuando Ghandi predica su credo de la no-violencia introduce en Occidente el ideal de la religiosidad oriental basada en un concepto pasivo de renuncia a todo lo mundanal. Esto sirve, sin lugar a dudas, a los objetivos del Imperialismo. Algo parecido ya había sido ensayado durante siglos por la propia Iglesia cristiana, pero sin convicción alguna, debido a su propia historia. Se intentó convencer de lo mismo a los musulmanes insistiendo sobre su proverbial fatalismo, tan conveniente en momentos en los que eran sometidos a toda suerte humillaciones. Se lleva al paroxismo del mito la figura de Ghandi: gracias a su política de no-acción y no-violencia, habría logrado la independencia de su país, liberándolo de las garras inglesas. Es mentira. Llevaban los musulmanes siglos luchando contra la dominación británica en la India hasta agotarla. Pero le interesaba más a las autoridades coloniales entregar el país a un "pacifista", asegurándose de este modo la lealtad y obediencia de la ex-colonia. Lo mismo se haría en todos los territorios, prácticamente todo el mundo, ocupado por los europeos. El mito convenció fundamentalmente a los propios occidentales, que empezaron a mirar con admiración hacia un Oriente ancestral donde aún funcionaba la práctica de ofrecer la otra mejilla al enemigo.

El Islam era otra cosa: oponía una resistencia enconada a la ocupación de sus tierras. Ahí donde había musulmanes , el colonialismo conquistaba cada palmo de tierra a base de fuego y sangre, incluso una vez "pacificado" el país, los colonos debían permanentemente estar en alerta. No podían reconocer el origen de ese espíritu de lucha con el que los "indígenas" defendían decididamente sus casas y familias, eran incapaces de comprender qué mecanismos se ponían en marcha aglutinando a pueblos enteros más allá de estructuras organizadas y Estados. Faltos de explicaciones, se justificaron recurriendo al tópico oportuno del sanguinario fanatismo musulmán. Este "análisis" conoció un inmediato triunfo, y legiones de expertos se pusieron a estudiar el fenómeno. Era necesario descubrir las fuentes del problema para atajarlo. Era imprescindible desprestigiar el Islam ante cierto auditorio occidental que empezaba a criticar los genocidios que se perpetraban en nombre de la civilización. El mito de la barbarie musulmana servía a todas las causas: justificaba el fracaso de los misioneros, que no lograban evangelizar a los "testarudos moros"; justificaba las masacres de los militares, que no hacía sino defenderse de tribus salvajes que se negaban a ser pacificadas y recibir los dones de la civilización mundial; tranquilizaba las conciencias en Europa, sobre todo la de sus banqueros. Y había que desacreditar el Islam ante los propios musulmanes, había que desarraigarlos para hacerlos inofensivos. Se insistió hasta la saciedad en lo del fanatismo, y toda la historia del Islam fue interpretada bajo la luz de esa clave.

Había que explicar, entre otras cosas, cómo había podido difundirse el Islam entre pueblos tan distintos. Sólo la sed de sangre, connatural al Islam, arrastrando en pos de sí a naciones bárbaras deseosas de botín, pudo reclutar ejércitos con los que conquistar el mundo. El triunfo se debió a la crueldad, el asesinato y la humillación. Los vencidos se hacían musulmanes bajo terribles presiones o para librarse del pago de impuestos. Es suficiente leer cualquier manual de uso en las escuelas para descubrir la pervivencia de estas tonterías. En estas creencias hemos sido educados. El Islam es sinónimo de "Guerra Santa"....

Lo que sucede en realidad, lo que está en el trasfondo de todo, es que la incomprensión y el interés funcionan creando mentiras a las que aferrarse. El Yihad, núcleo central del Islam, se transforma en el mayor de los peligros. No pudiendo ser interpretado según los modelos asumidos como propios de la espiritualidad, es frontalmente combatido. A los musulmanes, cuando se defienden, se les acusa de agresividad, terrorismo y violencia, y como el Islam les ha inculcado esa necesidad imperiosa de rechazar las imposiciones, es el responsable directo del fanatismo que impide a los "nativos" absorber la única civilización posible, Occidente. Hay tanta hipocresía en esto que es difícil analizarlo con sangre fría: ¿Cómo aceptar sin más los crímenes que se han cometido tras el escaparate de la bondad europea? Se ha masacrado a pueblos y después se ha dicho, claro, que eran unos salvajes.

El Yihad es la respuesta del Islam a todo intento de someter a los musulmanes a cualquier esclavitud. Es el esfuerzo individual y colectivo que debe emprenderse contra las agresiones. El Islam entiende que la vida y la dignidad están por encima de todo, y deben ser defendidas como causa que se antepone a todos los intereses. El Yihad tiene un valor supremo: cuando un musulmán lucha por su tierra, está luchando por Allah; cuando combate por su gente, está haciendo un "préstamo" a causa de todos los oprimidos : la injusticia es enemiga del Din, cualquiera que sea su forma. El tirano es el verdadero Taghut, el ídolo a combatir, el demonio contra el que se ejerce el exorcismo del Yihad. Esto, que puede parecer ideal, es una constante en la historia del Islam.

Los musulmanes aspiran al Salam, a la paz que es esencia del Islam. El Salam no es la propuesta de un pacifismo hipócrita. El pacifismo que predica Occidente, por sanas que sean las intenciones de la gente normal, es todo menos un verdadero deseo de diálogo entre las culturas; es un arma arrojadiza con la que se exige a los pueblos del tercer mundo la más absoluta de las sumisiones.

En la actualidad, el Islam sufre el ataque de enemigos emboscados en muchos frentes: el peor es el de los Estados surgidos tras las independencias formales, Estados concebidos para ejercer el mismo papel coercitivo contra los pueblos musulmanes y servir a intereses extranjeros. El Islam estará siempre fuera de los mecanismos que Occidente invente para dominar a los seres humanos. Eso es lo que es connatural y por ello el Yihad formará parte del entresijo más íntimo de los musulmanes. Esa rebeldía brota de modo natural de la idea clara de que Allah es Uno y sólo Él es el Señor de los Mundos. La esclavitud, la indignidad, son contrarios a la aspiración del que sabe que sólo Al.lah es más Grande. El Islam enseña un igualitarismo que se basa en una concepción de la existencia y no en un discurso demagógico.

No sin razón, se ha afirmado que los musulmanes son radicalmente tolerantes hasta la ingenuidad. El Islam siempre ha sido una cultura abierta, pronta a recibir las aportaciones de la humanidad entera. Esta actitud está fuertemente enraizada en la personalidad de cada pueblo musulmán. Es suficiente con pasear por un zoco para detectar esa realidad. El Islam, ya lo hemos repetido, es un lugar de encuentros, no una religión ni un dogma; es una inspiración expresada por el Corán mismo que invita a las gentes a hermanarse en lo que les es común, la libertad en Al.lah. Esa libertad tiene su garante en el Yihad, entendido como esfuerzo por superar las barreras que constriñen al ser humano. Por ello, es multiforme. Muhammad (S.A.S.) hablaba de los dos combates que debe emprender cada musulmán. A uno lo llamaba Yihad menor, que consiste en luchar contra los ídolos, las falsedades que reducen al hombre a la miseria. Al otro lo llamaba Yihad mayor, que es el afán por superarse, la conquista de la libertad en lo más íntimo de la propia personalidad. Y también enseñaba que esas luchas no tienen techo, que siempre habría alguna mentira que derribar, porque lo radicalmente humano es la acción, la vida como movimiento continuo, el trasiego como finalidad en sí mismo, el trabajo como satisfacción en que el hombre trasciende todos los límites y se alza sobre todos los muros y divisa el espacio infinito del que lo ha creado y del que ha brotado.